Una vez entrados en la cuarentena, el proceso de envejecimiento se acelera.
Las arrugas de expresión por los movimientos faciales repetitivos se hacen más marcadas y se inician claros signos de flacidez en las mejillas y cuello.
Los labios comienzan a desdibujase y un incipiente 'código de barras' puede aparecer, sobre todo si se ha fumado.
En los ojos, los párpados empiezan a caerse y las ojeras se acentúan.
Las manchas son más visibles y grandes.
El cuello pierde gran parte de su firmeza y en el cuerpo los signos de flacidez y celulitis son más marcados.
En esta etapa de la vida, todos los tratamientos van dirigidos a unificar e iluminar el tono y devolver a la piel su tersura, elasticidad y firmeza.
Se debe actuar sobre la flacidez incipiente, recuperar volumen y borrar las arrugas y surcos más marcados.