El cáncer de piel abarca una serie procesos que se caracterizan por una proliferación incontrolada de las células, con capacidad de invasión de los tejidos, diferenciados entre sí por el tipo de células que los constituyen.
El cáncer de piel se da más frecuentemente en las personas de piel blanca y que han pasado mucho tiempo expuestas al sol. Se puede reconocer por una mancha, un lunar o una verruga que ha cambiado, una herida que no sana o una pequeña protuberancia. También puede aparecer una mancha roja, áspera o escamosa. No obstante, ante cualquier cambio o anormalidad de la piel, hay que acudir en la mayor brevedad posible al dermatólogo.
Existen dos tipos de cáncer de piel: el tipo no melanoma y el melanoma.
El cáncer de tipo no melanoma es el más frecuente y dentro de este tipo se encuentran todos los cánceres de piel menos el melanoma maligno. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.
El melanoma maligno es menos frecuente, pero es el más peligroso, siendo fatal en algunos casos. Su incidencia ha aumentado espectacularmente en los últimos veinte años en España debido a la exposición excesiva al sol y sin las precauciones adecuadas.
El dermatólogo es el profesional médico más indicado para orientar, detectar, determinar el grado de benignidad o malignidad y tratar las lesiones sospechosas de ser cáncer de piel.
Los factores de riesgo de padecer un cáncer de piel son:
- Personas con piel clara, ojos claros, pelo rubio o pelirrojo y con facilidad para quemarse y dificultad para broncearse.
- Existencia de antecedentes personales y familiares de cáncer de piel.
- Presencia de múltiples lunares en el cuerpo.
- Presencia de lunares atípicos o displásicos.
- Personas que, especialmente durante la infancia o adolescencia, han presentado insolaciones o quemaduras solares repetidas y violentas.
- Exposiciones solares crónicas e/o intensas, así como el uso de cabinas de bronceado (rayos UVA).
- Profesiones que realizan actividades al aire libre con exposición solar diaria (trabajadores del sector de la construcción, agricultores, pescadores, deportistas, etc.)
Autoeximinarse la piel a menudo y acudir, al menos una vez al año, al dermatólogo para un chequeo es muy importante. La detección y el diagnóstico precoz del cáncer de piel juegan un papel clave en su curación.