Una piel más firme, una reducción de la celulitis y una silueta más moldeada. Estas son algunas de las promesas que cumplen los tratamientos con Venus Freeze.
¿Cómo lo consigue? Gracias a la tecnología (MP)2, que emite una radiofrecuencia multipolar y unos pulsos magnéticos que producen sobre la piel un calentamiento denso y uniforme. Esto estimula la síntesis de colágeno (la proteína que ‘sostiene’ la piel), la proliferación de fibroblastos (las células que producen colágeno y elastina), así como una lipólisis (la destrucción de acúmulos de grasa).
El sistema Venus Freeze es, por tanto, muy efectivo para tratar la grasa localizada, la celulitis y la flacidez, y puede usarse en cara, cuello y cuerpo.
En el caso del rostro, la media de tratamientos requeridos son unos seis, aunque los resultados son visibles desde la primera sesión. De hecho, cada tratamiento facial con Venus Freeze consigue un ‘efecto flash’ que se mantiene los días siguientes. Es por tanto, una opción muy efectiva si se quiere conseguir una piel más luminosa y revitalizada para un evento especial.
En los tratamientos para mejorar la papada y la flacidez del cuello y los corporales (remodelación corporal, grasa localizada, flacidez y tratamiento posparto) son necesarias entre seis y ocho sesiones.
Uno de los principales puntos fuertes del sistema Venus Freeze es que sus tratamientos son indoloros y que no requieren de tiempo de recuperación, por lo que se puede retomar la actividad diaria de forma inmediata al terminar la sesión.
Es además, un tratamiento sin efectos adversos (tan solo produce un enrojecimiento moderado y transitorio en la piel tratada) y que utiliza tecnologías probadas, seguras y efectivas.