La sudoración es el sistema con el que cuenta nuestro organismo para regular su temperatura y eliminar el exceso de calor, de forma que nos mantengamos a una temperatura constante cerca de los 36-37 grados.
En condiciones normales el organismo suda de forma imperceptible, pero en temperaturas cálidas, cuando se hace ejercicio, cuando se tiene fiebre o en respuesta a situaciones como nerviosismo, furia, vergüenza o temor, el sudor se hace más perceptible.
Las manos y los pies sudorosos, por ejemplo, son una respuesta muy habitual en la gran mayoría de las personas cuando se produce un estado de ansiedad.
Se estima que una persona puede llegar a eliminar hasta 2 litros de sudor al día en verano dependiendo del ejercicio que haya hecho, el clima y las situaciones estresantes a las que haya estado sometida.
Pero la sudoración excesiva generalizada o localizada, también llamada hiperhidrosis, es un estado patológico que se caracteriza por un exceso de sudor, muy superior al necesario para regular la temperatura corporal, en uno o varios lugares del cuerpo, sin motivo aparente, de manera permanente o de aparición impredecible, a modo de episodios, incluso cuando la temperatura no es cálida o cuando se está en reposo.
Además, las temperaturas cálidas, el ejercicio y el estrés son factores que en estos pacientes normalmente acaban agravando aún más el problema. Se estima que las personas con hiperhidrosis sudan unas seis veces más de lo habitual.
Se cree que alrededor del 3% de la población tiene un problema de exceso de sudoración y su origen parece estar en un fallo del sistema nervioso simpático (parte del sistema nervioso autónomo) el cual regula numerosas funciones de gran importancia para el cuerpo humano y, sobre el cual no hay control voluntario. De este modo, el sobreestímulo del mismo desencadena que las glándulas sudoríparas estén más activas de lo normal.
Aunque no es una patología que afecte a la salud de quienes la sufren, sí merma su autoestima y puede llegar a condicionar su vida personal, social y laboral.
Afortunadamente, la hiperhidrosis responde muy bien a los diferentes tratamientos terapéuticos. Según la localización y la gravedad de la sudoración excesiva, será más adecuado uno u otro procedimiento.
En IDERMA somos dermatológos especialistas en el tratamiento de la hiperhidrosis o sudoración excesiva.