¿Quieres conseguir una piel más sana y luminosa y prevenir su envejecimiento prematuro? Una dieta saludable no solo beneficiará a todo nuestro organismo, sino que se reflejará en nuestra piel.

• Bebe 1,5 o 2 litros de agua. El agua es vital para nuestro organismo porque interviene de forma directa en numerosas funciones fisiológicas, entre ellas, mantener nuestra piel hidratada. 

• Aumenta la ingesta de vegetales frescos. Las verduras aportan agua y fibra y son ricas en antioxidantes como la vitamina C y betacarotenos. 

•  Consume pescado azul. La sardina, el boquerón, el atún, el salmón... todos ellos son altos en omega 3, que además de contribuir al mantenimiento de una buena salud cardiovascular, mantienen la piel elástica e hidratada. 

• Bebe té verde. Diferentes estudios han probado que el té verde contiene polifenoles (antioxidantes), protege contra el daño solar, es antiinflamatorio, descongestivo, mejora la elasticidad de la piel y inhibe la acción de enzimas relacionadas con el envejecimiento de la piel. 

• Reduce los hidratos de carbono de absorción rápida. Los refrescos, la bollería industrial, los dulces, etc. son alimentos que generan picos de insulina muy altos y esto produce una inflamación en todo el organismo, también en la piel. 

• Limita el consumo de alcohol. Además de su alto contenido en azúcar y calorías, las bebidas alcohólicas provocan deshidratación.

• ¿Alimentos que provocan acné? Aunque popularmente existe la creencia de que el chocolate, los embutidos o los fritos provocan la aparición de espinillas, no hay estudios que lo demuestren de forma generalizada. No obstante, las dietas muy ricas en alimentos con un alto índice glucémico (alimentos procesados, bollería, refrescos, etc.) y en grasas derivadas de la leche (nata, quesos cremosos, etc.) sí pueden influir negativamente a esta enfermedad. La razón se debe al hecho de que estos alimentos hacen que segregemos más grasa y haya una inflamación de la piel, lo que empeora el acné.