Existen una serie de factores que influyen en el índice de radiación ultravioleta (UVI) y por lo tanto, que deben tenerse en cuenta a la hora de protegernos.
Podemos comprobar el índice ultravioleta en la web de la Agencia Estatal de Meteorología o en la aplicación de Tiempo de nuestro teléfono inteligente.
- Hora del día. La radiación solar es más intensa en verano, en Europa occidental, entre las 11 y las 16 horas.
- Altitud. La capacidad eritematógena (de producir un enrojecimiento) de los rayos ultravioleta aumenta con la altura, de modo que puede decirse que cada 300 m de altitud aumenta un 4%, con el consiguiente incremento en el riesgo de quemaduras.
- Latitud. La intensidad de la radiación es superior en el ecuador, ya que la radiación ultravioleta incide perpendicularmente a la superficie terrestre, disminuyendo progresivamente al ascender hacia los polos. En el hemisferio norte, los rayos solares inciden con más intensidad entre mayo y septiembre y en un espacio de tiempo comprendido entre les el mediodía y las primeras horas de la tarde.
- Estación del año. El máximo riesgo es en verano, al aumentar la perpendicularidad con que inciden los rayos solares.
- Espesor de la capa de ozono. El ozono absorbe la radiación ultravioleta. Así la cantidad de ozono que hay sobre cada lugar tiene una relación directa con la intensidad de la radiación ultravioleta.
- Nubosidades. Las nubes reducen considerablemente los rayos infrarrojos que llegan a la superficie terrestre y, escasamente (solo un 10%), la radiación ultravioleta queda retenida por las nubes. Así pues, el riesgo de sobreexposición a los rayos ultravioletas es mayor en los días nublados porque la sensación de calor es menor.
- Efectos de reflexión. A la incidencia directa de la radiación ultravioleta hay que sumar la incidencia de la radiación reflejada, que supone unos incrementos del 5% en la hierba, del 10% en el agua, del 25% en la arena y del 80% en la nieve. Tampoco hay que olvidar que las gotitas de agua sobre la piel actúan a modo de lupa. Ciertas superficies como el cemento y los metales brillantes pueden aumentar el riesgo al reflejar los rayos ultravioleta. Los tejidos blancos absorben y dejan pasar una alta proporción de luz ultravioleta particularmente cuando están mojados.
- Factores atmosféricos. El viento, la humedad, la contaminación, etc. pueden afectar a la cantidad de radiación solar incidente o a la sensación de bienestar, modificando la peligrosidad de la radiación ultravioleta.